sábado, 12 de mayo de 2007

El día después, nunca es el día después.

No sé muy bien por dónde empezar. En realidad siempre me ha costado bastante expresar mis sentimientos, y suelo preferir ocultarme tras banales juegos metafóricos o verborrea presuntuosamente literaria, antes que hacer uso de un lenguaje familiar que de asomo a los colores o estados de mi alma. Así pues, me exhorto al reto de hacer uso de la franqueza para la elaboración de esta carta, pues creo que ésta supone el mejor instrumento para dar pie o comienzo a lo que será mi primera carta de despedida remitida a ti.

Querido David,

Esta vuelve a ser la típica carta de despedida a una esperanza que va y viene pero no se detiene jamás; es el típico adiós que espero ser el prólogo a un nuevo libro con nuestras páginas; es un escrito sin más objetivo ni razón de ser que el intentar definir qué somos tú y yo, y cuáles son nuestras sensaciones y experiencias; así como un método para que nos podamos conocer mejor, vistas tus dificultades para exteriorizar tus sentimientos ¿no? jeje, y vistas las malas lecturas que creo que podemos llegar a hacer de ambos, mientras sigamos en un juego tan engañoso como es del Messenger.

En primer lugar, he de confesar que no sé muy bien si me ha devuelto a ti la razón o el sentimiento, pues no sería completamente sincero decirte que en unas cuántas horas he podido ordenar mi interior y tomar un resolución completamente impregnada de coherencia. De todos modos, todo está a mi cuenta y riesgo, pues he sido yo quién ha decidido recuperar tu contacto, por lo tanto tampoco podré acusarte abiertamente de nada, excepto de si las ambigüedades vuelvan a forzar el terreno y convertir un suelo seguro y liso en suelo movedizo o resbaladizo.

Sea como sea, he apostado por conocerte, pues veo en ti un chico que puede aportar cosas a mi vida, y dada la escasez de homosexuales interesantes, y por añadidura, la escasez de gente inteligente, creo que tú cumples el binomio de interesante-inteligente a la perfección. Y al fin y al cabo, es innegable que para algo más importante que el banal sexo, que pocos placeres son los que su fin aporta, el físico constituye algo carente de interés y el interior algo impregnado de importancia y de Verdad. Repito que todavía no sé muy bien que papel cumples en mi vida: hablamos mucho, compartimos momentos, reímos, nos discutimos, etc. Y aunque vivimos nuestras experiencias en una constante mentira, pues Internet constituye una arma de destrucción contra la Verdad (siempre en mayúscula) es obvio que hay una conexión, que falta ser esclarecida y ratificada por la realidad, en el momento que esta entre en juego.

En segundo lugar (espero haberte aclarado en los dos primeros párrafos que estoy a la expectativa de cómo evoluciona todo esto), quería preguntarte sobre ti, ya que tan poco es lo que quieres decir normalmente, ¿qué es de tu vida?, ¿qué te pasó en tu vida pasado que te ha inducido a ser cómo eres?, ¿tuviste miedo de afrontar tu homosexualidad?, ¿a qué crees que se te debe tu carácter hermético que tantas veces has subrayado?; estas son posibles preguntas para que yo te pueda conocer mejor, pero cualquier otra realidad que quieres certificarme o transponer en este blog sabes que será recibida por mí con grato placer.

En tercer lugar, y en definitiva, solo queda despedirme y preguntarte si hay algo de esta carta que te inquiete, incomode, guste, no sé; te pido una transcripción de primeras impresiones, ideas o lo que sea. La verdad es que creo que nos podemos considerar especiales por haber abierto un blog juntos, la verdad es que conste que este tipo de cosas no las hago con cualquiera, pero ha acontecido estas semanas que considero tu “amistad” o contacto lo suficientemente especial como compartir algo más que chateos, y lo de este blog creo que nos vendrá como anillo al dedo. Espero que dure bastantes años, pues significará que esto no ha sido un arrebato de estos que dura dos semanas y significaré sobre todo que nuestra amistad sigue fructífera, y para mí será un placer.

La verdad es que no me gusta en demasía mi escrito, pero hoy me hallo bastante cansado y poco dado a la escritura, así que espero que disculpes mi demora literaria, y a la espera de mejores contestaciones (por mí parte) esperaré yo las tuyas.

Un beso Deivit; de un amigo (¿en principio?), jajaja.
No tengas miedo de ser franco, ya ves que tampoco me he cortado en nada; así que te invito a desnudarte, tal y como lo he hecho. Cuando uno aprende a andar desnudo es mucha la comodidad y frescura que se desprende en su paseo.

Venga, nos vemos, muaa.
“No son gigantes son molinos” (Sancho Panza)

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